miércoles, 29 de agosto de 2012

T R A Y E C T O



 

Por: Eliseo Cuadrado del Río 

Casi con seguridad han retirado los verticales y el horizontal por donde debo pasar y romper la cinta verde pero aquí no hay nada parecido a una meta sin embargo presiento haber llegado me imagino al Juez con su cronómetro  aburrido de esperarme  al cabo de haber recorrido la ruta por casi un siglo caminando corriendo o avanzando por cualquier otro medio de transporte quizás me he adelantado mucho y los demás vienen retrasados recuerdo haber empezado con  un buen número de muchachos que con el tiempo llegaron  a su segunda tercera cuarta quinta sexta séptima y octava juventud  pero faltan algunos quedados en el camino definitivamente  aunque el propósito era llegar con el grupo completo sería buena idea sentarme algún tiempo a ver si aparecen pero no veo por donde  es mas al intentarlo siento como si flotara después de nadar río abajo y seguir derecho por los aires dejando la catarata atrás pero no sé qué va a seguir fue una jornada llena de satisfacciones  fracasos y dificultades como cuando empezaba a nadar a contracorriente por la sola razón de llevar la contraria y seguía a pesar de que la gente me gritaba desde la orilla dándome instrucciones  para devolverme y yo les contestaba entre braceadas ustedes son los equivocados pero de pronto el río se secó y volví a caminar con más sosiego y  humildad sin soberbia ni esperanza de ver a los retrasados darme alcance me pregunto si seré  indigno de su compañía y me contesto imposible un tipo que siempre se ha portado bien pagado todas sus deudas de haber elaborado múltiples planes de venganza sin cumplir ninguno porque vengarse es como tomarse un veneno para matar al otro con la tendencia a perdonar a pesar de sufrir injustas ofensas una y otra vez es decir haciendo el papel de pendejo porque si no me siento culpable y aquí estoy solitario al final del programa convenido pactado aceptado financiado a veces regalado y obligado desde mi orfandad total aún niño entre gente que a cierta distancia me manifestaba su cariño maternal  pero con grupo sanguíneo incompatible que por suerte me enseñaron a palos muy pronto la diferencia entre el bien y el mal de quienes escapé para hacer mi vida independiente convirtiéndome en  el informante del colegio después de ser  favorecido con una beca válida durante todo el bachillerato sin haberla solicitado  ni que el Director  me pidiera mantenerlo informado de todas las diabluras cometidas por mis compañeros que nunca me pudieron desenmascarar a pesar de tener la seguridad de la existencia de un sapo en el grupo y vuelvo a sentir la sensación de la llegada a la meta  al cabo  de mil peripecias mintiendo cuando era necesario con el exclusivo objeto de mejorar mi realidad ocupado en hacer siempre algo importante aunque fuera estúpido o ridículo o insatisfactorio  o impertinente o falto de solemnidad para no tener tiempo de observar el implacable segundero dar la vuelta a la circunferencia del reloj que parece demorarse eternidades si uno se sienta a observarlo desde un fogón acabado de utilizar en un asado vuelvo a mirar hacia atrás y no veo a nadie como si  se hubieran diluido en el pasado en esa dimensión con tendencia a desvanecerse al mismo tiempo que se crea pero está tan lejos su comienzo como si todo hubiera transcurrido en un instante y a la vez se demostrara el paso de  milenios evidenciados por las ruinas de  murallas y pirámides  de restos fósiles  de cráteres gigantescos causados por la caída de meteoros que ocultaron por muchos años la luz del sol de hojas de barro cinceladas y guardadas en templos destruidos y reconstruidos una y otra vez por legiones y cruzadas de héroes matarifes inmortalizados por historiadores que no vieron mas allá de la hoja en que estaban eternizando sus atrocidades interpretadas como gloriosas siempre bien armados desde la honda que mató al gigante hasta la bomba atómica pero ya eso es historia como quien dice un pasado proclive al borrón y cuenta nueva menos quien aquí se manifiesta en secreto por no tener la evidencia de  existir con el simple objetivo de escribir para mí mismo y releerme cuantas veces me dé la gana o sea cada vez que quiera y cuando quiera por dejar mi huella en un pedazo de celulosa bien tratada en vez de una ignominiosa estatua de bronce autofinanciada y servir de cagadero a cuanta ave con diarrea crónica le den ganas pero ahora decido caminar hacia atrás para poder mirar en forma continua lo vivido mas solamente percibo una pared de neblina sin fondo y  caigo en la cuenta de haber caminado el trayecto solo íngrimo en la mayor desolación e injusto desamparo a pesar de haberme sentido siempre bien acompañado berracamente bien acompañado con pocos intervalos de soledad mientras me hacia efecto las pepas para dormir sin pesadillas confiado en  poder seguir caminando hacia atrás para no percibir el paso por la meta y dejar el futuro a mis espaldas.

miércoles, 22 de agosto de 2012

“La Mano del Negro”.- La Loma de la Cruz, Cali



Por: José David Tenorio



Como lo escuché a mis padres hace más de sesenta años, lo relato:

A finales de la colonia o comienzos de la república, en los extramuros de la aldea, en el camino a Popayán,  vivía una humilde mujer, esclava liberta que tenía un hijo que no solo era un vago sino díscolo y desobediente que la hacía sufrir mucho con su comportamiento y con las burlas con que la atormentaba.

Un  día el muchacho fue especialmente grosero  y desatendió el pedido de su madre de no salir de la casa, por lo que ella – tratando de controlarlo- lo amenazó con maldecirlo  con un efecto contrario ya que la insultó más e hizo mofa de la maldición. Por lo que en ese momento su madre le dijo: “que te trague la tierra” y la tierra se abrió bajo los pies del muchacho y se lo tragó, pero quedó afuera   una de sus manos  en forma de garra, esquelética y ennegrecida.

La conmoción  y el espanto fueron muy grandes y los buenos parroquianos consideraron que era cosa del demonio  por lo que solicitaron a un sacerdote que hiciera exorcismos para disipar el mal. El sacerdote rociando la mano con agua bendita, con conjuros y oraciones, logró que la tierra terminara de tragarse esa mano.

En memoria de ese acontecimiento y para que de repente no se fuera a repetir, con el tiempo los feligreses levantaron un pequeño monumento en el lugar  exacto rematado por una cruz. De ahí viene que a ese sitio se le conozca indistintamente como “La Mano del Negro” o La Loma de la Cruz.

jueves, 16 de agosto de 2012

Video "Extranjeros en Cali"


Los invito a disfrutar de este video de "Crónicas de Extranjeros en Cali", me gustó porque muetra realmente cómo es nuestra ciudad, su luz, su vegetación, su gastronomía, su gente.

miércoles, 15 de agosto de 2012

AURA




Comentario por: Gloveta

Una de las grandes novelas de Carlos Fuentes, publicada en 1961, lleva la ficción al relato con elementos de magia o tal vez brujería. Analistas de la obra, han coincidido que para comprenderla se debe entender primero el  epígrafe que Carlos Fuentes colocó,  un aparte del libro “La Bruja” de Jules Michelet, publicado en 1862:

 “El hombre caza y lucha. La mujer intriga y sueña; es la madre de la fantasía, de los dioses. Posee la segunda visión, las alas que le permiten volar hacia el infinito del deseo y de la imaginación....Los dioses son como los hombres: nacen y mueren sobre el pecho de una mujer.”
 
Escrita usando un narrador en segunda persona, tal vez como un truco literario para que el lector se apropie del narrador, sintiendo que él mismo es quien narra. Aunque otras personas piensan que el que narra es el mismo protagonista, Felipe Montero.

 La narración logra que en un momento dado el lector juzgue que todo pasó, que no es ficción, sino que es acto de brujería. El temor a envejecer que sentía Consuelo, la llevó a prácticas que consiguieron el efecto deseado. El lograr llevar hasta la casa de Felipe Montero pudo ser parte de su plan.

 No quiero contar apartes del libro porque dañaría la historia. Más bien, los invito a que lo lean. Vale la pena, y solo tiene 47 páginas.

Taller de Poesía "El Palabreo"



El Ministerio de Cultura de Colombia ha decidido otorgar al Taller de poesía "El Palabreo" un premio con el cual hacen reconocimiento a la calidad de su trabajo, como también a su seriedad y disciplina.

 Mediante Resolución No. 1447 del 17 de julio de 2012 fueron seleccionados ganadores de la convocatoria “Becas a la edición de antologías de talleres literarios”, con el proyecto “Antología del Taller de Poesía El palabreo”.

Felicitaciones a estos queridos amigos.

ESPEJISMO


Jesús Herney Cifuentes

En mi soledad
Tu rostro se desdibuja
En la inclemente lluvia
en los charcos se moja la risa
los recuerdos como hojas secas
se espuman y tejen un tapete de hojarasca
el  aire canta en el silencio del crepúsculo
deshace los sueños
las quimeras vuelan
la neblina atrapa el grito del pájaro
con nubarrones de olvido

Jesús Herney Cifuentes Perea
agosto de 2012