Autor: Héctor Abad Faciolince
Comentario por: Gloveta
El autor se sumerge en los recuerdos para ir hasta su niñez,
contar sobre su familia, la relación con su madre, con cada una de sus cinco
hermanas, pero en forma especial la relación con su padre, de quien hace un
panegírico a través de todo el libro. De las 293 páginas creo que el 80% es un
reconocimiento a su padre, a su vida y a su pensamiento. Lo dibuja como un ser
humanista, convencido de que si ayudamos a los más necesitados la vida se
volverá más justa. Teniendo prelación especial la salubridad y la educación para los que
carecen de lo más básico.
Es además un sosiego para su alma, pues después de casi
veinte años se atreve a enfrentarse con las pluma y escribir este libro que le
sirve de catarsis para extirpar los demonios del dolor y la pérdida. Cómo él
mismo lo reconoce, no fue capaz antes porque la herida estaba sangrante
todavía. Después de veinte años, la herida ya ha cicatrizado y permite mirar
desde la lejanía este absurdo asesinato, que muestra la nefasta historia de
violencia que vivió nuestro país en esa época, y que aún sigue viviendo.
Es un libro bien escrito, que confieso me llegó a lo
profundo de mi y en algunos momentos me hizo humedecer los ojos, ya sea por la
identificación con el personaje, o por la emotividad con que se cuenta la
historia.
A continuación dejo el poema de Jorge Luis Borges, que dio origen
al nombre del libro, el cuál encontró Héctor en el bolsillo de su papá el día
en que lo mataron.
EL
OLVIDO QUE SEREMOS
Autor: Jorge Luis Borges
Ya somos el
olvido que seremos.
El polvo
elemental que nos ignora
y que fue el rojo
Adán y que es ahora
todos los hombres
y los que seremos.
Ya somos en la
tumba las dos fechas
del principio y
el fin, la caja,
la obscena
corrupción y la mortaja,
los ritos de la
muerte y las endechas.
No soy el
insensato que se aferra
al mágico sonido
de su nombre;
pienso con
esperanza en aquel hombre
que no sabrá
quien fui sobre la tierra.
Bajo el
indiferente azul del cielo,
esta meditación
es un consuelo.
Héctor Abad Faciolince (Fotografía por Daniela Abad) |
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