miércoles, 18 de noviembre de 2009

Eterno resplandor de una mente sin recuerdos


Realmente el tema es fascinante: Podemos borrar los recuerdos que no queramos
tener? Pero mejor aun: Podemos borrar a las personas? A este tratamiento maquiavélico se someten los protagonistas, tras su ruptura como pareja. Los acontecimientos y el manejo de las situaciones realmente envolventes hacen que esta película sea innovadora, sub-realista y loca, pero una locura genial, de esas que te atan a la silla pues no quieres perderte nada: Cómo va a terminar todo este embrollo? Como Joel Barish (Jim Carrey) va a lograr su objetivo de salirse del “trance” en que se encuentra y devolverse en su decisión de borrar a Clementina (Kate Winslet)?
El tema de borrar de la mente a una persona por medios supuestamente científicos, pero que verdaderamente raya en la demencia y en lo irónico por la presentación absurda de las situaciones, tales como la escena de la pareja acostada sobre el lago congelado, la disparatada escena de los auxiliares del médico bailando sobre la cama del paciente que están “Borrando”, pasando por todos los colores de cabello que tiene Clementina a lo largo de la película, hacen que el manejo de la historia sea algo salido de lo común.
Me ha encantado esta película la cual he repasado varias veces, cada que la veo le encuentro algo nuevo. Ganadora del Oscar al Mejor Guión Original en el 2004, guión creado por Charlie Kaufman, quien trabajó en la historia con el propio director Michel Gondry.
Nos pone a reflexionar sobre nuestra existencia: quiénes somos y en qué momento podemos cambiar todo, borrar todo, empezar de cero, o sencillamente no empezar: retomar el camino en la parada que creamos sea la mejor opción para hacerlo. Borrar nuestras equivocaciones y dejar solo los recuerdos y vivencias agradables. En fin ser los dioses de nuestro propio destino, moviéndolo a nuestro antojo hacia atrás, hacia delante, como si tuviéramos un control remoto en nuestras manos que ni siquiera necesitara de pila, si no solo de nuestra maravillosa mente manejándolo con los vaivenes que quisiéramos y dándole a los ángulos los grados necesarios para una perfecta subida o una suave caída: Que bueno es soñar!

No hay comentarios:

Publicar un comentario