lunes, 26 de julio de 2010

Hilda María López







Por: Gloria Vejarano T.
Ayudar a la comunidad, educar en el Colegio, dar la mano y así contribuir a que este mundo sea cada día mejor, ese fue el camino que se trazó Hilda María a través de sus sesenta y ocho años ininterrumpidos de trabajo en la Comunidad de Hermanas de la Providencia y de la Inmaculada Concepción. Hoy gozando de un merecido descanso y dichosa de mirar hacia atrás y ver el deber cumplido, la hemos vista radiante.
Hilda María nació en Argelia, Valle del Cauca, de allí su familia se trasladó a Buga. Muy joven ingresó como interna al Colegio de Toro, Valle. Tenía catorce años en aquel entonces, y desde ese momento hasta hoy no ha dejado un solo día de ocuparse para cumplir con su ideal de ayuda. Llena de ideales altruistas e incansable en su trabajo, Hilda María ha entregado su vida en aras de una mejor sociedad.
Ya como profesora del Colegio de la Sagrada Familia en Cali, ya como Superiora de la Casa de la Comunidad, además de sus años en Bogotá, Cartago y otros municipios de Colombia, Hilda María ha dejado una profunda huella en todas las que hemos sido sus alumnas y llevamos con orgullo el Colegio en el corazón, y sus enseñanzas grabadas en nuestras vidas. Porque lo que aprendimos de ella, que fueron enseñanzas impartidas con tesón y disciplina, nos ayudaron en nuestras profesiones y en nuestro rol como mujeres en un mundo nuevo en el que la mujer salió a trabajar a la par con el hombre. Sus enseñanzas nos valieron para vernos iguales o superiores a nuestros compañeros y siempre con el ánimo y los conocimientos recibidos, supimos que todo era posible. Hoy le rendimos un sentido reconocimiento con cariño y aprecio.


1 comentario:

  1. Hilda María, ireverente como siempre, monjita querida que dicha verla aqui, que sorpresa tan inmensamente feliz, *llorando* Siempre he dicho que la juventud caleña (niñas) tuvimos la mejor educación posible, no se quedo nada que no se nos enseñaran, preparandonos para un futuro incierto, porque ese solo el Señor lo sabe. Salimos adelante, Muchas Profesionales, luchamos solas, o con un compañero. Que Dios la Bendiga, siempre la he reecordado, espero que el Señor me ayude y pueda volver a Cali, con mi hija -la recuerda verdad? su esposo y mi nietecito. Mi visita usual, en las pocas veces que regrese, era ir al colegio al dia siguiente y visitar a mis monjitas. Un fraternal abrazo Hilda María desde el fondo de mi coraz♥n. Lola Lehmann

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