lunes, 21 de febrero de 2011

Tiempos modernos


De las películas clásicas, esta es una de las más famosas, debido al pensamiento tan abierto y con fondo de protesta que supo imprimirle Chaplin a este film de la época de la post-guerra, en donde la depresión económica, la falta de oportunidades de trabajo, la pobreza, hacían que para muchas personas fuera imposible una vida digna.


Es fantástica la alegoría que usa en la primer parte de la película, para mostrar la alienación del ser humano, al ser utilizado como un componente más de la máquina, sin importar su fatiga, ni sus necesidades. El protagonista, un operario de una fábrica, es uno más que se encuentra parado todo el día frente a una gran banda transportadora de piezas las cuales debe ajustar, ajustar y ajustar. Chaplin se luce con esta representación de la desnaturalización humana, esta rutina que insensibiliza y le causa un ataque de stress al quedar confinado a seguir haciendo los mismos movimientos mecánicos todo el tiempo, aun después de cumplir su turno en la fábrica. Y qué diremos de la “Máquina para comer” donde nos plantea el automatismo total, el ser humano es simplemente un objeto al que el robot debe “embutirle” sus alimentos, inutilizando sus manos, lo cual nos causa mucha risa, pero que es un cuestionamiento a la mecanización industrial.
Acompañado de Paulette Goddard, la chica de la cual se enamora, otra apátrida como él, que no tiene techo ni comida, que tiene que robar para subsistir, nos muestra la parte sensible de la cinta, la cual no podía dejar por fuera, ya que es su sello característico: poner una luz de esperanza en sus películas y demostrar que la fraternidad, el amor y los sentimientos están por encima de todo lo negativo que pueda pasar en el mundo.
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1 comentario:

  1. HOLA GLORITA:

    LO MARAVILLOSO DE TUS COMENTARIOS ES QUE SIEMPRE LO HARAN IR A UNO A BUSCAR LA PELÍCULA. A MI ME HA MARAVILLADO SIEMPRE CHAPLIN DESDE AQUELLA BELLA PELICULA CANDILEJAS.
    GRACIAS Y UN ABRAZO

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