viernes, 23 de abril de 2010

El País de la Canela



El País de la Canela
Autor: William Ospina
ISBN 978-958-45-I5OO-7
Primera Edición, 2008


Comentario por: gloveta
Francisco de Orellana fue un conquistador inconforme. Nacido en Trujillo (España) llegó a América en 1527. Siendo familiar de los hermanos Pizarro, y de naturaleza aventurera, no dudó en ofrecerse como voluntario en la expedición que organizó Gonzalo Pizarro obnubilado por la idea que existía en Suramérica un bosque de Canela (especie muy preciada en el viejo mundo), se dedica junto con él y 220 hombres más a buscar dicho bosque, aun a costa de las más incruentas jornadas. La expedición parte del Perú en febrero de 1541, emprendiendo su viaje primero por tierra, en donde 100 españoles iban a caballo y 140 peones de a pie, españoles y mestizos que lo seguían no tanto por su fidelidad, cuanto por el afán de enriquecerse tras él. Invirtió todos los recursos conseguidos en la exploración de una mina de oro, y todas las riquezas acumuladas en el nuevo mundo, incluido el tiempo que fue Gobernador de Quito, para lanzarse a perseguir su sueño.
En el grupo también iban 4.000 indios que llevaban como sus esclavos para que le sirvieran en las labores pesadas y además para usarlos como interpretes en la medida que iban topándose con otras tribus de dialectos nuevos para él, ya que debemos reconocer que Orellana fue un hombre que se dedicó a aprender el lenguaje de los indios. En la primera parte del viaje, mientras los blancos iban a caballo, los indígenas por supuesto iban a pie, muchas veces atados por un largo cordel que hacía que caminaran en fila y poder así controlar que no escaparan. Durante este viaje sufrieron muchas vicisitudes, especialmente cuando llegaron a la cima de una gran montaña nevada, que es el sitio donde nace realmente el gran río, para lo cual sus hombres no iban preparados y menos los indios que los acompañaban, quedando menguados por el frio y la intemperie. En esta expedición de cruzar los Andes duraron un año.
Como pudieron y los que aun quedaban, bajaron para encontrarse de nuevo con la selva y el gran río, al que ya estaban dispuestos a domar en un barco mandado a construir para tal hazaña.
La construcción del “San Pedro” se realizó en medio de la montaña. Una empresa nunca antes vista, llena de sorpresas y leyendas. Su mayor logro fue salir de la selva por entre los estrechos ríos ubicados en medio de la cordillera, hasta llegar a “El Barco” sitio en el que embarcaron y empezaron la segunda fase de esta expedición, movida totalmente por la codicia de unos aventureros cegados por las inverosímiles historias que se inventaba Orellana para mantener en ellos el deseo de vivir después de tantos meses de travesía infructuosa.
Quedaban 140 españoles y algunos indios, los sobrevivientes abordaron la nave, con la fe ciega en que su líder los llevaba a encontrar tan preciado bosque. Al navegar por esta desconocida ruta, se encuentran muchas sorpresas e inconvenientes que van sobrellevando en la medida que el río los va transportando por su cauce. El 3 de enero de 1542 llegan a las tierras del cacique llamado Aparia, quien los recibe con alimentos y medicinas, ya que la tripulación venía totalmente diezmada por el hambre, el cansancio y las enfermedades.
De las cosas que más llama la atención es el avistamiento de la tribu conformado solo por mujeres que son encomiables guerreras y tal como atacan a los pueblos enemigos, también tienen tejedoras, artesanas y cultivadoras dentro de su clan. La tripulación entera se inquieta con ellas, ya que a esas alturas del viaje, llevan aproximadamente año y medio sin ver mujer. La tripulación las denomina “Amazonas” por ser feroces mujeres guerreras similares a las de la mitología griega. Y de allí toma el nombre el gran río.
El 26 de agosto de 1542 llegan a Cubagua (actual Venezuela), y pueden encontrarse con españoles que los auxilian. Han llegado a una isla y han navegado por el río más grande del mundo, pero también han comprobado que el gran bosque de canela no existía. Era solo un imaginario, un mito parecido al de “El Dorado”
El libro está contado en primera persona por un mestizo hijo de español y la india Amaney, a quien su padre dejó muy niño en la Isla La Española, para irse tras Francisco Pizarro en busca del tesoro de la tierra Inca.
Al tener edad de reclamar su herencia viaja hasta Castilla de Oro, en las sierras del Perú, con resultado negativo, pues tratándose de tan codicioso patrón, su heredad no existe por parte alguna. Ante los hechos cumplidos decide acompañar a Orellana en busca del bosque de canela y encontrar así por sus propios medios la riqueza que le fue ajena por herencia de su padre.
Después de dicho viaje regresa a la Española, encontrando que Amaney ha muerto, buscando a su tutor y decidiendo viajar al viejo mundo a conocer la tierra de sus antepasados. Allá encuentra a Pietro Bembo en Roma, quien era el destinatario de la carta que le mandaba su tutor y por medio de él entra en el mundo de las personalidades importantes de Italia y España. Es así como conoce al marqués de Cañete, para quien trabaja como escribiente, y una vez que nombran a Cañete como virrey en el nuevo mundo, vuelve de nuevo a América y empieza a recordar con nostalgia todo lo vivido.

http://caminandosobrelatierra.blogspot.com/2010/04/el-pais-de-la-canela.html

1 comentario:

  1. Trujillo en el Museo de América. Año Orellana 2011. V Centenario.
    http://trujillo2011.blogspot.com

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