jueves, 18 de agosto de 2011

ROCIO


Por: Hugo León Zapata Cano

No has visto el rocio en las mañanas tempraneras, sobre las verdes hojas, o en los pétalos de las blancas margaritas, en las rosas encarnadas, cual perlas transparentes, con sus reflejos de luz fulgurante e hipnóticos, que enmudecen los sentidos con sus centelleantes aristas, que lentamente se van esfumando en el infinito espacio, dejando imágenes inolvidables después de haber recibido de la sabia naturaleza sus embrujos avasalladores e inolvidables.


No trates de crear ese fenómeno físico meteorológico, ese que no aja, que no deja huella y que no le suprime la suavidad y tersura a esos pétalos de la hermosa flor; aun con tu ciencia y sabiduria no lograras emular la sabia naturaleza.

Sueña, sueña, no cuesta nada, convéncete de tus limitaciones, a no ser que quieras un reto a lo imposible.

Limítate a contemplar esos fenómenos y deja que su belleza y naturalidad siga dándole alegría y solaz a tus sentidos.

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