Autora: Pilar Quintana
Comentario por: Gloveta
Cuando se ha estado en Juanchaco en el mar Pacifico, cerca
de Buenaventura, inmediatamente se conecta con la novela “La perra” y puede
sentir la inclemencia de la selva, el ruido del mar, las lluvias diluvianas, el
caer del aguacero sobre los techos de zinc de las casas de la región.
Esta mezcla del mar y la selva que en esta parte del mundo
es tan agreste y a la vez tan hermoso, pero que yo como buena citadina que soy,
diría tan hermoso pero solo para pasar una semana, no para irse a vivir allá
como hizo la escritora Pilar Quintana, quien se trasladó a vivir a esta selva
implacable, donde todo es rustico, difícil. Una lucha del día-día contra la
selva, para que no se te meta en tu casa, para que el comején no se coma el
techo, para que la maleza no acabe con el patio, donde la creciente del mar te aísla
del pueblo y solo puedes salir en canoa. Todo esto lo retrata de una manera
magnifica la autora, que describe con precisión todas estas vicisitudes, con
gran talento narrativo.
La protagonista es Damaris una mujer nativa de la región
quien vive con su marido Rogelio, con quien tiene una relación distante,
llevada por la rutina, con poca comunicación y tal vez con un poco de miedo a
sus reacciones. Damaris adopta una perrita que queda huérfana al morir su
madre. La historia de crianza y apego de la protagonista por el animal son el
tema de la novela, donde la selva es el protagonista más importante.
Buen libro, me sorprendió gratamente.
Aquí les dejo un fragmento del texto:
Cuando la marea estaba baja, la playa se
volvía inmensa, un descampado de arena negra que más parecía barro. Cuando
estaba alta, el agua la tapaba toda y las olas traían palos, ramas, semillas y
hojas muertas de la selva y los revolvían con la basura de la gente. Damaris
venía de visitar a su tía en el otro pueblo, que quedaba arriba, en tierra
firme, pasando el aeropuerto militar, y era más moderno, con hoteles y restaurantes
de concreto.
Pilar Quintana |
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