martes, 2 de febrero de 2010

CREPUSCULO (Twilight)



Tal vez porque el ser humano siempre ha sentido fascinación por lo oculto, lo indescifrable, lo intangible, el tema de los Vampiros es un contenido muy bien acogido por la mayoría de las personas que van al cine. De acuerdo a la leyenda el vampiro es aquel que siendo humano fue “chupado” por un espectro que al beber su sangre lo introdujo en este oscuro mundo.
Mundo cruel e inhóspito, ya que para sobrevivir en él se debe estar constantemente bebiendo el “elixir sagrado”, es decir la sangre humana. El vampiro no puede salir en día soleado, so pena de que se descubra ante los humanos su doble vida y su horrible personalidad… claro porque el personaje que es muy astuto se las ingenia para vivir una doble vida, en la cual, una parte de ella, es supuestamente normal, relacionándose con los congéneres como si tal cosa…
Pero de noche, allí viene el problema, porque si no ha podido coger una víctima para saciar su sed, el pobrecito no puede dormir, se tiene que meter a su ataúd y pedirle a su mayordomo de turno que lo encierre con llave en su sarcófago para que ningún gato negro venga a desvelar su ya pesado y amargo descanso.
Esto era lo que teníamos en mente cuando veíamos películas de este género, pero llega “Crepúsculo” y nos cambia totalmente la imagen por otra en que los vampiros son buenos, y además con nobles sentimientos, estudiosos, y de sobremesa vegetarianos!
A decir verdad, la película me ha parecido buena. Con una música de fondo encantadora (como corresponde a un vampiro que se respete). Además con personajes adolescentes que la hacen ver más ingenua. Las locaciones, las tomas, el manejo de cámaras, el bosque que para los fines buscados ha sido muy bien manejado. Todo, todo, impecable. Claro: con tanto éxito obtenido, vamos para el replay. Esperemos si la tercera parte da la talla, porque la primera ha sido un éxito de taquilla total.

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